En otoño las calles se trasforman por la caída de las hojas y la lluvia, y más tarde, en invierno, por la nieve y el hielo. Todo ello, convierte las aceras y carreteras en pistas de patinaje que facilita las caídas. Estas caídas pueden producir traumatismos dolorosos con consecuencias graves y, a veces, son determinantes en personas que padecen osteoporosis, como son las fracturas, que se producen en muñecas, hombros, vértebras, costillas y, las más importante, en las caderas.

Esto unido al frío ambiental y a la lluvia o nieve hace que nuestra vida se vuelva más sedentaria y altere nuestras rutinas de dieta y ejercicio. Es importante hacer ejercicio regularmente, andar treinta minutos al día al menos 4 días por semana. Otra opción, si tienes problemas de articulaciones inferiores, es hacer ejercicios en agua o hacer bicicleta estática. Se recomienda que se siga con una dieta rica en calcio y vitamina D, que incluya lácteos, pescados, frutas y verduras.

Es recomendable tomar el sol todos los días, al menos quince minutos. Con la reducción de horas de día y los días nublados, lo mejor es aprovechar los días soleados al mediodía para que podamos tomar el sol esos quince minutos con las precauciones necesarias.

Para evitar los dolores que se producen con la llegada del frío evite cambios bruscos de temperatura, protéjase del frío con ropa de abrigo y evite tóxicos vasoconstrictores, como el tabaco.